Esquina Financiera La suma de la colecta durante las Misas del domingo pasado fue $9,158. Recibimos $5,186 a través de WeShare para un total de $14,344. Gracias por dar tan generosamente a nuestra colección regular.
Queridos Feligreses y Amigos;
Parece imposible que la Pascua llega ya la próxima semana. Hoy les escribo pidiéndoles que compartan plenamente en el sagrado Triduum Pascual ........una oración que comienza el jueves por la noche a las 7:30 p.m., continúa hasta el viernes y que concluye el Sábado Santo.
En preparación para esta gran celebración, les pido si aún no lo han hecho, celebrar el sacramento de la penitencia el Lunes Santo. Un sacerdote estará en el confesionario desde las 3 p.m. hasta las 9 p.m. (Padre Paul de 3 a 4 p.m., Padre D'Angelo de 4 a 6:30 p.m., Padre Duffell de 6:30 a 9 p. M.).
Martes, 27 de marzo, pido su paciencia una vez más ya que la iglesia se cerrará un día más para nuestra evaluación de las vidrieras. Misas se celebrarán en la rectoría.
Las Misas del Domingo de Pascua se ofrecerán a las 8:30 a.m., a las 9:45 a.m., a las 11:15 a.m. (español), a las 12:30 p.m. y a las 5:30 p.m.
Sería negligente de mi part si no les pidiera considerar su ofrenda Pascual a la parroquia. La colecta de Pascua es uno de los principales medios para alcanzar nuestro presupuesto. Espero que puedan junto a mí ofrecer $500.00 para la Pascua ... si pueden dar más, sería maravilloso ... pero si todos dan lo que les sea posible, estaremos verdaderamente bendecidos. Gracias a todos por su comprensión.
Es difícil de creer, pero el viernes 20 de abril conmemoramos el segundo aniversario de la muerte de Monseñor Robert O'Connor, quien fuera nuestro pastor durante 29 años. En ese día los invito a que se reúnan en la iglesia a las 5:30 p.m. para celebrar una misa especial en su memoria. Msgr. Thomas Leonard se unirá a nosotros como predicador.
Solo un recordatorio sobre el Ayuno Pascual el cual debe observarse el Viernes Santo y continuarse de ser posible, el Sábado Santo, hasta la Vigilia Pascual. De esta manera, el pueblo de Dios recibirá las alegrías de la resurrección del Señor con los corazones elevados y receptivos. "(Constitución sobre la Sagrada Liturgia, #110), Tampoco el Viernes Santo debe comerse carne.
Nathan Mitchell en su obra, "Los tres días de Pascha", señala que el Triduum Pascal celebra el misterio, no la historia. Nuestra oración no nos lleva de vuelta al camino del Calvario. El objetivo final de nuestra oración no es volver a recorrer o revivir las últimas horas de la vida de Jesús ....... ni verlo emerger de la tumba al amanecer de Pascua. Nuestra oración a lo largo de los tres días no celebra lo que una vez le pasó a Jesús, sino lo que ahora está sucediendo entre nosotros como pueblo llamado a la conversión, reunidos en la fe y dotados del espíritu de santidad. Nuestra oración celebra que Dios tome posesión de nuestros corazones en lo más profundo, recreándonos, como comunidad humana rota como el pan, para la vida del mundo ... una comunidad rica en compasión, firme en la esperanza y valiente en la búsqueda de la justicia y la paz.
Que este Tiempo Sagrado, Semana Santa ... y especialmente el Triduum Pascal, sea para todos nosotros, momentos de gran gracia.
Recemos por paz,
Padre Duffell
Domingo de Ramos.
Jesús contó con la posibilidad de un final violento. No era un ingenuo. Sabía a qué se exponía si seguía insistiendo en el proyecto del reino de Dios. Era imposible buscar con tanta radicalidad una vida digna para los «pobres» y los «pecadores», sin provocar la reacción de aquellos a los que no interesaba cambio alguno.
Ciertamente, Jesús no es un suicida. No busca la crucifixión. Nunca quiso el sufrimiento ni para los demás ni para él. Toda su vida se había dedicado a combatirlo allí donde lo encontraba: en la enfermedad, en las injusticias, en el pecado o en la desesperanza. Por eso no corre ahora tras la muerte, pero tampoco se echa atrás.
Seguirá acogiendo a pecadores y excluidos aunque su actuación irrite en el templo. Si terminan condenándolo, morirá también él como un delincuente y excluido, pero su muerte confirmará lo que ha sido su vida entera: confianza total en un Dios que no excluye a nadie de su perdón.
Seguirá anunciando el amor de Dios a los últimos, identificándose con los más pobres y despreciados del imperio, por mucho que moleste en los ambientes cercanos al gobernador romano. Si un día lo ejecutan en el suplicio de la cruz, reservado para esclavos, morirá también él como un despreciable esclavo, pero su muerte sellará para siempre su fidelidad al Dios defensor de las víctimas.
Lleno del amor de Dios, seguirá ofreciendo «salvación» a quienes sufren el mal y la enfermedad: dará «acogida» a quienes son excluidos por la sociedad y la religión; regalará el «perdón» gratuito de Dios a pecadores y gentes perdidas, incapaces de volver a su amistad. Esta actitud salvadora que inspira su vida entera, inspirará también su muerte.
Por eso a los cristianos nos atrae tanto la cruz. Besamos el rostro del Crucificado, levantamos los ojos hacia él, escuchamos sus últimas palabras… porque en su crucifixión vemos el servicio último de Jesús al proyecto del Padre, y el gesto supremo de Dios entregando a su Hijo por amor a la humanidad entera.
Es indigno convertir la semana santa en folclore o reclamo turístico. Para los seguidores de Jesús celebrar la pasión y muerte del Señor es agradecimiento emocionado, adoración gozosa al amor «increíble» de Dios y llamada a vivir como Jesús solidarizándonos con los crucificados.