ESQUINA FINANCIERA
La suma de la colecta durante las Misas del domingo pasado fue $7,253. Recibimos $7,035 a través de WeShare para un total de $14,288. Gracias por dar tan generosamente a nuestra colección regular.
Queridos Feligreses y Amigos;
La gran noticia de esta semana es que la restauración de nuestro hermoso rosetón se ha completado. Qué maravilloso llegar al final de este gran trabajo. Gracias a todos los que donaron para hacer esto posible. ¡Y gracias a Patrick Clark y su equipo por su experiencia, su cuidado y su talento!
En esta temporada de Adviento, recuerdo una historia que una vez escuché de una monja carmelita, la hermana Michaelene. La hermana estaba hablando de Adviento y contó una historia sobre un monje que salió a caminar por el bosque. Estaba preocupado por su pequeña comunidad y buscaba inspiración para sus próximos pasos. En lo profundo del bosque, se encontró con un viejo profeta que lo saludó con alegría y le dijo: "¡El Mesías está en tu comunidad!". ¡El monje estaba eufórico! ¡Imagínese, en su pequeña comunidad, alguien que salvaría no solo a su comunidad sino al mundo entero! Se apresuró a casa para compartir las buenas noticias. La identidad del Salvador, aún un misterio, los desconcertó a todos, ya que querían darle el respeto debido a una persona tan extraordinaria. Pero todos eran tan ordinarios, tan poco salvadores. ¿Cómo en este variado surtido podrían encontrar a esta persona especial? Bueno, no pudieron. Entonces hicieron lo mejor y vivieron como si cada persona en la comunidad fuera el Salvador; de esa manera no lo extrañarían. Por difícil que fuera al principio, escucharon al quejoso crónico, sonrieron a los solitarios, se preocuparon por los necesitados y se respondieron con el mayor amor posible. Años pasados. Eventualmente, no fue tan difícil para la comunidad, con una visión cada vez más clara, ver la belleza en cada persona. La hermana preguntó si esa no era la esencia del Adviento: que llegamos a un mayor descubrimiento de Jesús escondido en quienes nos rodean, que amamos a Jesús en nuestra bondad, perdón, aceptación y compasión hacia nuestros hermanos y hermanas. Ven. Señor Jesús, ven!
Padre David Nolan
Alégrate... No tengas miedo.
El evangelista Lucas temía que sus lectores leyeran su escrito de cualquier manera. Lo que les quería anunciar no era una noticia más, como tantas otras que se corrían por el imperio. Debían preparar su corazón: despertar la alegría, desterrar miedos y creer que Dios estaba cerca, dispuesto a transformar su vida.
Con un arte difícil de igualar, recreó una escena evocando el mensaje que María escuchó en lo íntimo de su corazón para acoger el nacimiento de su hijo Jesús. Todos podrían unirse a ella para acoger al Salvador. ¿Es posible hoy prepararse para recibir a Dios?
«Alégrate». Es la primera palabra que escucha el que se prepara para vivir una experiencia buena. Hoy no sabemos esperar. Somos como niños impacientes que lo quieren todo enseguida. Vivimos llenos de cosas. No sabemos estar atentos para conocer nuestros deseos más profundos. Sencillamente, se nos ha olvidado esperar a Dios y ya no sabemos cómo encontrar la alegría.
Nos estamos perdiendo lo mejor de la vida. Nos contentamos con la satisfacción, el placer y la diversión que nos proporciona el bienestar. En el fondo, sabemos que es un error, pero no nos atrevemos a creer que Dios, acogido con fe sencilla, nos puede descubrir otros caminos hacia la alegría.
«No tengas miedo». La alegría es imposible cuando se vive lleno de miedos que nos amenazan por dentro y desde fuera. ¿Cómo pensar, sentir y actuar de manera positiva y esperanzadora?, ¿cómo olvidar nuestra impotencia y nuestra cobardía para enfrentarnos al mal?
Se nos ha olvidado que cuidar nuestra vida interior es más importante que todo lo que nos viene desde fuera. Si estamos vacíos por dentro, somos vulnerables a todo. Se va diluyendo nuestra confianza en Dios y no sabemos cómo defendernos de lo que nos hace daño.
«El Señor está contigo». Dios es una fuerza creadora que es buena y nos quiere bien. No vivimos solos, perdidos en el cosmos. La humanidad no está abandonada. ¿De dónde sacar verdadera esperanza si no es del misterio último de la vida? Todo cambia cuando el ser humano se siente acompañado por Dios.
Necesitamos celebrar el «corazón» de la Navidad, no su corteza. Necesitamos hacer más sitio a Dios en nuestra vida. Nos irá mejor.
Rev D’Angelo Jimenez con Bibligrafia de A Pagola.