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Querido Feligreses y Amigos;
A medida que avanza el verano, espero que estén disfrutando de un tiempo de inactividad y que puedan mantenerse secos y fuera del calor de la ciudad. Los veré a mi regreso el proximo fin de semana y espero disfruten de estos extractos de las vidas de los santos que honramos e invocamos estos dias.
El lunes, la Iglesia celebra a San Pedro Crisólogo (380-450), quien ejerció como obispo de Ravena en Italia entre los años 433-450. Crisólogo significa "lenguaje de oro", ya que Pedro era conocido por su elocuencia.
"Que este sea el patrón para todos cuando practican la misericordia: muestren misericordia a los demás de la misma manera, con la misma generosidad, con la misma prontitud que desearían para ustedes". "Y el Creador ... quien nos ha hecho en su imagen, para que en persona podamos hacer que el Creador invisible esté presente en la tierra; él te ha dado su legado, para que el vasto imperio del mundo pueda tener al representante del Señor".
El martes honramos a San Ignacio de Loyola (1491-1556), fundador de la Compañía de Jesús, los Jesuitas. Cuando era joven, Ignacio se sintió atraído por los militares, pero poco después de comenzar a servir, fue herido de gravedad por una bala de cañón. Fue durante su recuperación que Ignacio tuvo una conversión espiritual. Como los hospitales de la época eran administrados por religiosos, las únicas lecturas disponibles para Ignacio eran obras religiosas y devocionales. Una obra en particular, “De Vita Christi", de Ludolph de Sajonia, sobre la vida de Cristo y los Santos, impactó a este soldado convertido ahora en santo. Una vez que pudo caminar de nuevo, Ignacio se dirigió al famoso monasterio benedictino de Montserrat, donde dejó su daga y su espada en el altar de la Virgen María. Durante las próximas dos décadas, la vida de Ignacio estaría marcada por la peregrinación, la devoción, el estudio y el discernimiento, todo lo cual finalmente lo conduciría a fundar una nueva Orden en la Iglesia, la Compañía de Jesús, dedicada a una vida de abstención y obediencia total al Santo Padre, enfocándose especialmente en el trabajo misionero. Hoy la Orden de los Jesuitas es la Orden más grande en la Iglesia Católica y mantiene su enfoque en el trabajo misionero, la justicia social y la educación superior. Cuenta con mas de 16,000 miembros.
El miércoles, la Iglesia honra a San Alfonso de Liborio (1696-1787), un sacerdote italiano fundador de la Orden Redentorista, la Congregación del Santísimo Redentor. Joven sacerdote, Alfonso se sumergió en el trabajo pastoral y pasó la mayor parte de su tiempo con el Pueblo de Dios, tanto con los jóvenes como con los mayores, en el Reino de Nápoles. Alfonso tenía una maravillosa habilidad para reunirlos en un entorno ordinario y simple y que fueran influenciados por la vida de Cristo. Era conocido por ser un confesor humilde y eficaz, y hoy la Congregación cuenta con más de 8,000 miembros administrando más de 700 parroquias en todo el mundo.
El viernes es la fiesta de San Juan Vianney, patrón de los párrocos. Juan vivió desde 1786 hasta 1859, y es interesante que no fuera hasta el siglo XIX que los sacerdotes diocesanos recibieran por fin un patrón apropiado. La vida de Juan estuvo marcada por el ayuno, penitencia y devoción, y algunos dirían que su modelo de santidad es demasiado riguroso para ser asumido hoy, pero sabemos que la santidad nunca pasa de moda y que siempre estará al alcance con la ayuda de Dios. John sirvió en una pequeña parroquia en una sencilla ciudad en Francia llamada Ars. El propio Juan luchaba por mantener su vocación, deseando la vida monástica, pero su pueblo no quería que se marchara a un cercano monasterio trapense. La devoción de Juan a la Misa, al Santísimo Sacramento y al Confesionario ayudaron a los fieles acercarse a Cristo, y es esta manera Sacramental la que lo ha convertido en un modelo para los párrocos. Recuerden en medio de estos días tan convulsos, que Juan vivió durante la Revolución. Cristo siempre está cerca, de una manera muy especial a través de Su presencia sacramental.
Finalmente, el sábado, celebramos la Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, también conocida como Nuestra Señora de las Nieves. La Leyenda dice que en el siglo IV, un tal Juan y su esposa, ricos romanos sin herederos, le rezaron a María para que les mostrara dónde deberían construir una iglesia en su honor. En el apogeo del verano romano, el 5 de agosto apareció nieve en la Colina Esquilina, marcando el lugar donde debían construir su iglesia. La iglesia de Santa María de las Nieves se convirtió en una de las principales iglesias patriarcales (papales) en Roma porque fue la primera allí dedicada a María.